Responsabilidad, amor y confianza en un mismo: las tres facetas que aparecen como eje principal de esta película. El director trata de plasmar, sin grandes efectos ni tramas, la grandeza del ser humano y la proyección personal y profesional que una persona puede tener durante su vida. Y todo ello, bajo el prisma del amor por un hijo y su necesidad de aislarlo de una realidad cruel.
Contrastan varias emociones durante la cinta, como la inocencia de un niño y la madurez de su padre. El mensaje que trata de enviarnos es que con la confianza en uno mismo y la implicación adecuada, podemos conseguir cualquier objetivo que nos propongamos en nuestra vida. Sólo es necesario creer en nosotros y saber que nuestro potencial psicológico siempre es mayor que el utilizado durante la vida.
Película sencilla, emotiva, con grades dosis de sentimentalismo y final emocionante. Es la prueba palpable de que no se necesitan argumentaciones complejas ni grandes fotografías para conseguir un film que nos haga reflexionar y aprender de la esencia del ser humano.
Realmente maravillosa…
Sin duda, Cristina. Me gustó mucho, y el papel del niño me encantó.
Personalmente creo que son clave momentos como en el que él se presenta con el mono lleno de pintura a la entrevista y cuando paga el taxi con sus únicos cinco dólares. Quizá el secreto está en aguantar el tirón, confiar lo suficiéntemente en tí mismo.
Sin duda, uno de mis favoritos, junto con el del baño en la estación. Dejan ver las capacidades que tiene el protagonista, y son geniales.
Si, son geniales…casi me atrevería a decir que la peli en cierto modo es de ciencia ficción, con el máximo respeto, un hombre, raza negra, en la Norteamérica de esos años, se queda solo, no renuncia a su hijo, se ocupa de él, intenta que no pierda la inocencia, no abusa de las personas,se da a valer sin pisotear a nadie…geniales.